El nuevo plan del presidente Donald Trump para imponer un arancel del 50 % a la carne de Brasil podría transformar el precio y la forma en que se consumen las hamburguesas en Estados Unidos.
Durante años, la carne brasileña ha sido clave para la industria estadounidense. Las empresas la usan para mezclarla con la producción local y crear la carne para hamburguesas. Sin embargo, esta fórmula está en peligro.
El arancel, que elevaría el costo total a casi 76 %, pondría fin a las importaciones brasileñas de manera inmediata, dejando a los fabricantes en una situación complicada. Para los consumidores, esto se traduce en precios más altos y, posiblemente, menos opciones al momento de pedir su hamburguesa favorita.
Producción Local Enfrenta Más Obstáculos
Estados Unidos atraviesa uno de sus peores momentos en la producción de carne. Según datos recientes, la producción nacional caerá un 2 %, situándose en 26.4 millones de libras. Esta caída está relacionada con la drástica reducción del hato ganadero, el más bajo en más de 70 años.
Las razones detrás de esta crisis son múltiples. Una sequía prolongada ha dañado los pastos, encarecido el alimento para el ganado y obligado a muchos productores a reducir operaciones.
Mientras tanto, las importaciones de carne brasileña se habían duplicado en los primeros cinco meses del año, alcanzando 175 mil toneladas métricas y representando el 21 % del total de carne importada. Este crecimiento ayudó a cubrir la escasez interna, pero ahora está en riesgo.
Bob Chudy, consultor de empresas importadoras, resumió la preocupación: “Ni una libra será económica a esos niveles”. Según él, el comercio está “absolutamente congelado” y la industria no sabe cómo reaccionar.
Opciones Nuevas, Pero Más Caras
Con el posible cierre de las importaciones desde Brasil, los importadores de carne buscan nuevas alternativas en países como Australia, Argentina, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, estas opciones son más caras y tienen limitaciones en volumen y logística.
Austin Schroeder, analista en Brugler Marketing & Management, explicó que el arancel “ayuda a subir el precio” porque reduce la competencia y limita las opciones.
Además, encontrar reemplazos no es tan sencillo. La carne brasileña se utiliza para mezclarla con la local y obtener el balance perfecto para las hamburguesas. Sin esta combinación, la calidad y el sabor podrían verse comprometidos.
Thomas Gremillion, director de política alimentaria en la Federación de Consumidores de Estados Unidos, advirtió que este golpe llega en el peor momento. Justo cuando el Congreso aprobó recortes a la ayuda alimentaria, los consumidores se enfrentan a precios más altos en un producto básico.
Mientras tanto, Altin Kalo, economista jefe de Steiner Consulting Group, resumió la realidad: “No va a venir mucha carne brasileña por aquí”.

Impacto Directo Para El Consumidor
Aunque hasta ahora los estadounidenses han estado dispuestos a pagar precios altos, la paciencia podría agotarse. La hamburguesa, un símbolo cultural y comida rápida favorita, podría convertirse en un lujo para algunos.
Este cambio también afectaría a cadenas de restaurantes, negocios locales y productores secundarios que dependen de un flujo estable y económico de carne. A largo plazo, podría alterar hábitos de consumo y acelerar la búsqueda de opciones como las proteínas vegetales.
El plan de Trump no solo golpea a la economía externa, sino que también regresa como un boomerang al mercado interno. La falta de carne brasileña amenaza con disparar precios, reducir la calidad y cambiar la forma en que millones disfrutan sus comidas.
Mientras tanto, el sector ganadero local se encuentra atrapado en una tormenta perfecta: menor producción, costos altos y acceso limitado a carne extranjera.
La realidad es clara: el arancel del 50 % a Brasil podría marcar un antes y un después en el mercado cárnico de Estados Unidos. Para muchos, comerse una hamburguesa ya no será tan sencillo ni tan accesible.